Paciente de la habitación 1040
Hemos tenido el privilegio de poder hacer una asistencia evangélica a uno de nuestros hermanos, un hermano que ha levantado varias iglesias en su vida de servicio y obediencia al SEÑOR.
Era un hermano que desde su más tierna infancia se enfrentaba a la enfermedad, y los médicos no pronosticaban a sus padres que su vida fuese a ser muy larga, pero el SEÑOR tenía otro propósito para él y contradijo toda la sabiduría humana ¿Cómo no?
Un hermano que nunca estuvo solo, siempre había en su habitación algún miembro de alguna de sus iglesias.
Pudimos conocerle y estar también a su lado fue todo un privilegio, viendo cómo era un testimonio para todos los médicos y enfermeras que le trataban, pues sus dolencias eran tremendas y él seguía adelante buscando la voluntad de DIOS.
Allí estuvimos nosotros para consolarlo, para animarlo, para apoyarlo. Nos decía: ¡No sé como orar ya!, y nos habría su corazón, nos contaba más que sus bendiciones, sus pecados, y orábamos juntos, y siempre ensalzábamos la soberanía de DIOS aun en estas circunstancias y él decía “amen”.
Pudimos estar ahí para ser bálsamo y apoyo para su partida. Sí hermanos, él partió con el SEÑOR. Fuimos bendecidos al poder estar a su lado durante su última estancia, durante todo este tiempo que en el hospital le servimos, le amamos, y le ayudamos por medio del ministerio que nuestro SEÑOR JESUCRISTO ha levantado en el hospital 12 de Octubre.
Sergio Zarpadiel.
La oración salvavidas de Dios
Es una hermosa tarde de mayo, uno de esos días de primavera cuando el sol parece que brilla más que nunca. El trajín del hospital es vertiginoso, familiares, médicos, personal auxiliar, de un lado para otro, como si no tuviesen destino.
Estamos conversando alegremente con las enfermeras, cuando suena el teléfono,“¿hermanos están en el hospital? ¡Les necesitamos!”
En la unidad de cuidados intensivos neurológicos, un hombre de edad avanzada, está muy grave. Ha sufrido una hemorragia cerebral masiva.
La habitación esta oscura y silenciosa, a excepción de los pitidos de los monitores del corazón y la respiración ocasional de su esposa. “Hermanos necesito que oren por mi esposo, está muy enfermo.” ... ¿es posible que el Señor le conceda un lugar de descanso y la bienaventuranza eterna.?"
Una enfermera entra rápidamente para ajustar los monitores. Mira de reojo en el monitor de corazón, hace una nota en su portapapeles, y se va, no tiene mucha esperanza.
Caminamos hasta el pie de la cama y comenzamos a orar
"Dios Padre, ten piedad de tu siervo……"
La situación es complicada no hay mucha esperanza, pero nosotros tenemos confianza en que Dios puede hacer un milagro.
Semana tras semana estuvimos orando por nuestro hermano y visitándole.
Y llego el día de la gran noticia, a nuestro hermano le habían subido a planta. Le visitamos, charlamos, nos reímos y sobre todo oramos y dimos las gracias a Dios por que El había oído nuestras oraciones.
Cuantos milagros pueden lograse por las oraciones valientes de fe. "Esto les digo: Si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra para pedir algo en oración, mi Padre que está en el cielo se lo dará (Mateo 18:19)”.
Gracias a todos los que su confianza es Jehová, y reconocen que “el Poder del Cristiano está en la oración
Esteban Moreno